Todo el
mundo sabe que la base de una tortilla francesa son los huevos.
Quien
tiene huevos en su nevera tiene cena lista en 15 minutos. Es bastante simple,
el secreto es que los rompes, y los bates bien, muy muy bien, hasta que quede
la mezcla espumosa. La cosa es ensañarse con el producto en cuestión, bien
roto, bien removido a golpe de tenedor, hasta que se parezca lo mínimo posible a
lo que guardabas en la nevera.
Yo
estoy segura de que la tortilla francesa se inventó de casualidad. Esto tuvo
que ser un francés que llegó un día, se encontró con unos huevos que había en
la nevera e hizo lo que hacen todos sus congéneres con cualquier cosa (que
tengo que ver con la comida o no). Romperlos y machacarlos.
Esto es
lo que hicieron el otro día con mi paciencia una aseguradora aquí en Francia.
Después de pagar cuotas religiosamente durante años por lo que un día pudiese
pasar, el día que ocurrió se me pasó por la cabeza esta extraña idea: “No pasa
nada, si tengo un seguro que lo cubre!”
Todo
empieza con una llamada a una persona que nunca es la indicada, y que te pone
en contacto con otro número (de pago, por favor) para que te digan cómo
proceder. De ahí te piden papeles que te pasas 1 semana recopilando (y llamando
a otros tantos sitios para poner en marcha otros tantos procedimientos
similares al primero).
Una vez
recopilas todo, lo envías pensando que has pasado algún tipo de examen,
esperanzado. Ya ha pasado el huracán administrativo.
Siguiente
paso, lo más tarde posible, al cabo de 2 o 3 meses: respuesta de la
aseguradora: "Lo sentimos mucho. Su dossier está incompleto. Usted ha
enviado todos los documentos que le hemos solicitado. Sin embargo, en la
factura figuran su dirección, apellidos, teléfono, pero no su nombre de pila."
En este
momento, la imagen q se me viene a la cabeza es la del tenedor que sube y baja,
dibujando círculos rápidamente en el aire antes de volver a sumergirse en el
huevo que ya ha casi liquidado por completo.
A todos
los españoles por Francia: Paciencia! Estamos con vosotros!