14 Apr 2015

"No me miro al espejo desde el 2013" o "El cajon de las verduras" o "Qué cosas se me ocurren a veces"

"No me miro al espejo desde el 2013". A la gente le da la risa cuando digo esta frase.

Y cuando digo que "podría salir a la calle con un repollo en la cabeza y no me daría cuenta" aun se ríen mas. 

Esto lo digo desde que este invierno, saliendo de casa (sin mirarme al espejo, obviamente) , vi mi reflejo en un escaparate y pude ver que llevaba en el pelo una pinza rosa de mi hija que ella misma me había puesto mientras jugábamos. No era un repollo, pero... podría haberlo sido!

Cuando eres madre el cajón de las verduras del frigorífico encuentra su razón de ser. No solo porque antes estuviese vacío, que también, sino porque con las recomendaciones del pediatra de tener al bebé en una habitación a 18 grados de máxima, se te ocurre que el cajón de las verduras podría haber servido de cuna todo este tiempo. A veces pienso si se creerán que el bebé es un pingüino?

Los fines de semana se organizan entorno al ir al mercado a llenar ese bendito cajón con calabacines y tomatitos frescos o sacarles à pasear para que tomen un poco el aire, salvo cuando hace demasiado frío, o están enfermos, lo que reduce el numero de paseos en invierno à un fin de semana de cada 5 y cuando por fin puedes volver à salir necesitas gafas de sol para poder soportar la claridad. (Desde aquí mi mas sincero reconocimiento a Twilight que ha vuelto a poner a los vampiros de moda y hasta les ha dado glamour).

"Qué cosas tienes", me dicen. 
"Será la falta de sueño?" Pienso yo. Porque la ultima vez que alguien me ofreció ayuda con los pequeños, antes de que pudiese terminar la frase ya estaba sonándole al timbre de su casa. 

Será que el hambre agudiza el ingenio y el sueño la pluma.



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